Quiero agradecer a todas las familias de los alumnos de Salesianos Atocha el haber hecho posible que el intercambio Madrid-Caen haya terminado con lagrimas en los ojos y con los sentimientos a flor de piel. Eso quiere decir que habéis acogido, habéis cuidado y habéis tratado a los alumnos franceses como si fueran parte de vuestra familia. Una acogida así no tiene precio y consigue que la estancia en Madrid se convierta en un recuerdo inolvidable para ellos.
Ha sido todo un placer vivir una experiencia tan bonita con vosotros.
Marina